Mas allá de la cultura y la época que lo exprese, el mandala hace referencia al camino hacia la unidad del ser.
El Taller de Mandalas en Ibirá funciona como un espacio donde niños, jóvenes y adultos pueden imaginarse, reconocerse, vincularse, disfrutar de la creación y compartir los frutos surgidos a partir de este arte de raíces milenarias.
Más allá de la labor de dibujar, pintar y expresar a través de mandalas, otras acciones menos evidentes se desarrollan y potencian en este taller.
En primer lugar, en contraposición a la educación tradicionalmente analítica, con una lógica definida, en la que se trabaja casi exclusivamente en función del hemisferio cerebral izquierdo (que procesa la información verbal, codifica y decodifica el habla), el trabajo plástico que propone este taller se apoya en el trabajo del hemisferio cerebral derecho (que se dedica a la síntesis, combina las partes para formar un todo y se expresa en imágenes).
Por otra parte, la educación artística sistemática abre al individuo a un mundo en que la fantasía y la percepción multisensorial serán para él nuevas posibilidades de enriquecimiento y expresión.
Esta forma de arte-terapia, desarrolla la paciencia, despierta los sentidos y la intuición, estimula la concentración y la memoria y proporciona herramientas expresivas para mejorar la comunicación entre quien la practica y su entorno a través de un verdadero trabajo de meditación activa.